“Odio Japón, es tan hermoso…” Es así como se refiere
Logan (Wolverine) a su retorno a Japón años después de la muerte de Mariko
Yashida, su esposa. Está claro que me refiero a la continuidad del cómic, no la
fílmica, aunque la cita a la que me refiero: Wolverine, enemigo del Estado es muy buena y podría ser una posible
continuación a la aventura en Japón en la versión fílmica.
En la última entrega cinematográfica de la historia
de los mutantes del universo Marvel, Wolverine:
Inmortal (The Wolverine), Hugh Jackman retoma el rol del hombre quien es el mejor en lo que hace, me refiero a
Logan, el Wolverine y lo hace de forma grande, con una de sus mejores aventuras,
escrita por el mismísimo Frank Miller en 1982 (usted probablemente oyó de él
previamente). Entre sus referencias de adaptaciones cinematográficas tenemos a Sin City, 300, Batman: Año uno y
alguna que otra cosita interesante.
La película está dirigida por James Mangold (3:10 a Yuma) y tiene una duración de 126
minutos. La producción fue rodada tanto en Europa como en el Japón. La fotografía
es fantástica, las secuencias en Japón son casi surrealistas, hasta cierto
punto, oníricas y transportan al público a un estado casi Zen. El Director
logró recrear ese aire místico que nos mostró Miller en su saga del ’82.
La elección de los personajes fue correcta: La bella
Mariko, la sagaz Yukio, el fiel Harada (quien en cómic es un intrépido
detective de Madripoor). La inclusión de Ichiro Yashida, jefe del clan del
mismo nombre, es una adaptación del maestro de Logan en su época en Japón: El
maestro Ogun.
La secuencia inicial, parte de un viejo recuerdo de
Logan durante sus años en la Segunda Guerra Mundial y su paso previo por
Nagasaki, alimentan el mito que rodea al personaje principal, tanto en el
cómic, como en el cine: El Wolverine,
un ser salvaje, casi animalesco, pero quien lucha por demostrar lo mejor de su
humanidad.
Puntos sobresalientes fueron las secuencias del
intento de rapto por los Yakuza
y el Shinkanzen
(el tren bala japonés), a pesar que la misma no sucede en el cómic, sí fue una
muy buena forma de contar aquello que Logan le reclama a Yukio: “¡Ese es el
Shinkanzen mujer, Quieres morir joven!”.
Puntos flacos del filme fueron las presencias de
Viper y del político japonés. En el caso de ella, a pesar que ser una mujer despampanante,
su incidencia en el filme fue innecesaria.
La película logró aquello que Frank Miller rescató
décadas antes, el presentar a Logan, no solo como una máquina de matar, sino
como un hombre en busca de su destino, de su honor como samurái y al
igual que un tigre herido, es más peligroso cuando lo acorralan.
“I’m the best
there is at what I do. But what I do isn’t very nice.”
The
Wolverine
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